Después de la crisis inmobiliaria y financiera, llegará la crisis del agua. Es evidente, no se puede negar y lo peor de todo, nadie parece dispuesto a dar soluciones. La superpoblación, el cambio climático y la expansión de la agricultura están desajustando las fuentes que proporcionan agua al mundo y terminará en una grave crisis hídrica.
El agua está vinculada a las crisis del cambio climático, de la energía, de los alimentos y a las dificultades de los mercados financieros.
Los datos son escalofriantes, la demanda global de agua aumenta anualmente en 64.000 millones de metros cúbicos, que es el equivalente al consumo en ese mismo período de un país como Egipto. De esa cantidad, un 70% se dedica al regadío agrícola y a la producción ganadera necesaria para producir la cantidad de alimentos que requiere el aumento de población.
Los gobiernos se gastan cada año entre 92.400 millones de dólares y 148.000 millones de dólares en la construcción y mantenimiento de la infraestructura hídrica, los servicios sanitarios y el regadío, pero no es suficiente. En muchas partes del mundo ya se están estudiando alternativas para cuando no dispongan de fuentes hídricas fiables.

(visto en EcologíaVerde)