Las prolongadas e intensas sequías en la selva amazónica han reducido su capacidad para absorber el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, dañando enormemente su capacidad para funcionar como el gran sumidero de carbono. Por lo tanto, la sequía también está influyendo el calentamiento global del clima.
Durante años, los bosques amazónicos han ayudado a ralentizar el cambio climático, pero confiar en que esto siga siendo así es bastante peligroso.
En un año sin alteraciones climáticas, las selvas del mundo absorben unos 2.000 millones de toneladas de carbono, limpiando parte de la contaminación del planeta, pero la sequía de 2005 supuso el equivalente de dejar de absorber unos 5.000 millones de toneladas de carbono (lo mismo que emiten Europa y Japón en un año).
Los científicos no observaron muchos efectos en los bosque debido a la sequía, pero según los estudios, aceleró la muerte de los árboles. Por lo tanto, si las selvas peligran, las consecuencias climáticas en todo el mundo pueden ser muy graves, aparte de la pérdida de biodiversidad, muerte de animales y plantas.

(visto en EcologíaVerde)